Breve historia de la evolución de los espacios de trabajo


County Fire Office London

L’inici del desenvolupament dels espais de treball es remunta cap a l’última dècada del segle XIX, ja que anterior a aquesta data la majoria de persones treballava al camp, al mar o a la mina. A l’edat mitjana, però, ja es dissenyaven espais dins dels mercats per realitzar transaccions, el que avui coneixem com a bancs. Però no és fins al segle XIX on realment es reconeixen aquests espais com oficines de treball.

L’arribada de la Revolució Industrial va marcar un abans i un després en la història dels espais de treball; el telèfon i la màquina d’escriure van tenir un paper determinant en aquesta transformació. Entre mig de tot aquest avanç tecnològic comencen a aparèixer els primers gratacels dedicats exclusivament a oficines. El primer va ser el Home Insurance, construït als Estats Units l’any 1885 i dissenyat per William Li Baron Jenney. Però els que realment van donar a conèixer al món aquesta nova revolució arquitectònica van ser sens dubte els edificis Prudential (Guaranty) —construït a Nova York l’any 1894 per Louis Sullivan i Dankmar Adler— i el Larkin Building —construït també a Nova York l’any 1904 pel conegut arquitecte Frank Lloyd Wright—.


Prudential Building

Larkin Building

Larkin Building

Los primeros años del siglo XX se le conocen como la época del Taylorismo, donde el ingeniero Frederick Taylor (1856-1915) analizó la organización del trabajo y el tiempo con el objetivo de aumentar la productividad a través de la división de las diferentes tareas del proceso de producción. Los espacios de trabajo del Taylorismo se caracterizaban básicamente por ser cuadriculados y con mobiliario igualitario para todos los trabajadores para poder controlar fácilmente a un mayor número de personas.

Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, el Taylorismo se empieza a cuestionar gracias al analista Elton Mayo y otros profesionales que habían demostrado que el sistema era literalmente contraproducente y desmotivador para los trabajadores. No es hasta la segunda mitad del siglo XX donde vuelve a haber un cambio radical en los espacios de trabajo. Después de años de estudio y análisis, Robert Propst diseñó para Herman Miller el Action Office, un sistema flexible de mobiliario modular y paneles tan versátiles que revolucionó nuevamente la estructura de las oficinas. Propst fue el primero en ofrecer soluciones que se adaptaban a la manera en que realmente trabajaban las personas.


Robert Propst

Herman Miller

Fotos: Herman Miller


A partir de la década de los 80, aparecen los primeros ordenadores generando nuevamente cambios importantes en la organización del espacio y del trabajo. El equipamiento de las oficinas debía adaptarse y apoyar al trabajador moderno. Los cubículos son el sello de las oficinas de esta época; se trataban de ligeros paneles que dividían el espacio entre las mesas proporcionando privacidad pero sin renunciar al concepto open space, que facilitaba la comunicación entre los trabajadores y la instalación de todos los aparatos electrónicos.

Entrando ya en el siglo XXI nos encontramos con que el flujo de información y la velocidad del trabajo se ha acelerado radicalmente. Las organizaciones poco a poco van dejando de lado las estructuras jerárquicas para transformarse en empresas con líderes que trabajan de manera colaborativa con sus empleados, haciéndolos partícipes activos y creando un sentimiento de pertenencia. Hoy, las personas y la tecnología están conectadas y eso es todo lo necesario para poder trabajar desde cualquier punto del planeta. Actualmente, nos encontramos en la parte de la historia donde las empresas modernas están comprendiendo que un trabajador feliz es un trabajador más productivo. La flexibilidad laboral permite compaginar la vida personal con la profesional y es la tendencia donde nos encontramos inmersos casi 20 años después de comenzar el siglo XXI.


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Foto: Garrett Rowland, cortesia de Gensler.


Comet. Photo Jared Chulski

Utopic Madrid. Photo Imagen Subliminal.