Coworking: trabaja como, donde y cuando quieras

El coworking es una forma de trabajar donde emprendedores y profesionales comparten un mismo espacio de trabajo. Su principal función es, entre otras cosas, crear un entorno de trabajo cooperativo donde la creatividad crece ayudando a avanzar los proyectos.

Esta práctica no es nueva. De hecho, el primer espacio coworking nace en Alemania a mediados de los años 90. En ese momento no existía el concepto pero sí la filosofía. A finales de los años 90 en Estados Unidos abren los primeros espacios colaborativos bajo el concepto Coworking, pero no es hasta la entrada de Google en el sector cuando se da a conocer a nivel mundial. A partir de este momento es cuando los países de todo el mundo empiezan a abrir sus primeros espacios de coworking. En España se implanta en el año 2010, en plena crisis económica. En la actualidad, ya hay más de 1500 espacios dedicados al espacio colaborativo.

Con la llegada del nuevo modelo de trabajo han surgido nuevas necesidades: en un espacio coworking es vital que haya una figura que conecte las personas y sus proyectos con otros profesionales o emprendedores, de esta manera se promueven nuevas ideas, se diseñan nuevos proyectos o se adelantan en los ya existentes —la filosofía del coworking va directamente ligada a la filosofía Millennial: compartir, ayudar y progresar para crear un mundo mejor—. Otra nueva necesidad del mercado es la de facilitar la colaboración entre los espacios dedicados al coworking, de ahí nace NomadCoworker, una plataforma social diseñada por ingenieros españoles.

Desde el año 2012 existe en España un evento que ningún usuario debería perderse: el Coworking Spain Conference. Cada año se reúne el sector para hablar del pasado, del presente y del futuro de todo lo que rodea los espacios colaborativos.

Ventajas de trabajar en un coworking

El ahorro es para muchas personas la principal ventaja que tiene trabajar en un coworking; no sólo se ahorra en dinero —ya que en estos espacios los servicios como wifi, impresora o café están incluidos en el alquiler— sino también en tiempo. Los nómadas digitales que viven en grandes ciudades sufren la pérdida de tiempo cada día, por eso una de las tendencias que está en auge es la apertura de espacios colaborativos en diversas ubicaciones. La ventaja en el ahorro también se encuentra en la flexibilidad que tienen estos espacios con respecto al pago. Existen diferentes planes que se adaptan a las necesidades de cada usuario, se puede pagar el espacio por horas, días o meses.

Otra gran ventaja de trabajar en un coworking es la sociabilidad. Trabajar rodeado de gente desconocida —aunque con el tiempo acaban siendo como una familia— con diferentes intereses facilita que las personas se socialicen y compartan sus proyectos sin miedo. El coworking es el mejor escaparate para hacer crecer un proyecto innovador.

La vida familiar y profesional se puede conciliar más fácilmente si se trabaja en un entorno flexible. Los coworking no tienen horarios fijos, cada usuario trabaja de una manera diferente y es productivo que un mismo decida cómo organizar su jornada laboral. Al final se trata de que cada uno encuentre el rincón ideal.

Las personas que trabajan individualmente como norma general lo hacen desde casa. Para muchos tener la oficina en casa es sinónimo de distracción, por eso trabajar en un coworking es muchas veces la mejor vía para escapar de la monotonía del hogar y de sus múltiples distracciones. Además, otro beneficio que aporta el coworking a este perfil de trabajadores es la disposición de espacios para reuniones con los clientes, favoreciendo la imagen de profesionalidad.

Las personas que trabajan en un coworking aprecian su trabajo y se involucran profundamente en los proyectos: están rodeados de personas que, de una manera u otra, ayudan a mejorar sus ideas en un entorno agradable con todas las comodidades que uno necesita para trabajar, sin distracciones y ahorrando mucho dinero. No hay duda de que esta nueva manera de trabajar atrae.

¿Qué marcan las tendencias?

– Los espacios están especializando cada vez más. Si el espacio no ofrece un valor añadido, el usuario lo acaba rechazando. En la actualidad existen los coworking petfriendy (aceptan animales), espacios dedicados sólo a mujeres o incluso a actividades que se pueden complementar entre sí facilitando a los usuarios maquinaria específica para poder desarrollar las tareas (por ejemplo un pintor ofrece sus pinceles a otro artista que utiliza otras técnicas).

– Los espacios colaborativos tienden a segmentar a sus clientes. Algunas actividades no requieren de mucha creatividad y por lo tanto el trabajo es más individual. Por eso existen coworking dirigidos a trabajos individuales mientras otros lo enfocan más a trabajos en equipo. Al fin y al cabo, no todos los coworkers tienen la necesidad de formar parte de una gran comunidad.

– Las empresas gestionarán en un futuro espacios de trabajo más reducidos y deberán adaptarse a trabajar a distancia. Las empresas deben estar preparadas para saber transmitir a sus empleados la filosofía de la corporación y conseguir así que se involucren en la actividad. Al final lo más difícil será conseguir transmitir la filosofía, porque una vez que el trabajador se sienta cómodo su compromiso perdurará en el tiempo.